ULTIMO MOMENTO, DEBIDO A LO PORONGA DEL SERVIDOR DE ESTE HOSTEL CHECO, EL POST SALE SIN FOTOS. GARANTIZO QUE SERA EDITADO A SU DEBIDO TIEMPO Y TENDRA ESAS IMAGENES QUE TANTO GUSTAN A GRANDES, CHICOS Y LANZALLAMAS AMATEURS.
Jornada de 8 horas, de 14 a 22 y salida para Riga, para llegar a la noche del sábado con toda la fuerza.
El destino(?) nos cruzó un centro poblado mal señalizado, un patrullero muy atento y un chofer manejando a 100 en una ruta que indicaba 50 km/h de máxima.
En ese momento empezó el culebrón (adaptación libre):
Milico: -Dame la licencia de conductor. Ibas al repalazo, estas al horno.
Chofer de color: Tomá campeón, no vi ningún cartel.
M: Soplá la trompetita que para mi vas ebrio
CDC: Mirá, mirá como no me dio nada mirá.
M: Que puto, zafaste de esa; pero la libreta no te la doy nada. Vení a buscarla en 90 días.
CdC: Estás en pedo, yo me tengo que ir a Berlín, no puedo quedarme sin libreta!
M: Ajo y agua.
CdC: Dame con algún superior, botonazo.
Teléfono... una mujer amable le indica al policía del patrullero (luego de escuchar el alegato del CdC) que le devuelva la licencia, que estos no joden mas, ya se van de Letonia, pero el milico estaba terco, quería cumplir con el protocolo así que nos citó en la comisaría de Riga donde se resolvería todo.
Nunca dijo el método de resolución, así que entrenamos unas tiradas de Pase Inglés, unas manos de Póker y un Tute por si la influencia española se había hecho sentir.
Llegamos a la comisaría, esperamos desde la 1 de la mañana hasta las 3 a que llegara algún policía poderoso. Llaman de la puerta y bajan en representación del submarino verde el Chofer de Color y Camilio el Conciliador.
Pasa media hora y vuelven sonrientes, a continuación parte del relato de Camilio el Conciliador:
"Primero no nos querían dar la licencia por nada del mundo, entonces le dije al milico que sabía inglés que era el de mas rango en la oficina que nosotros estábamos de paso por Letonia, que eramos estudiantes pagos por el gobierno(?) y que teníamos que irnos a Varsovia a escuchar una conferencia y a Berlín a dar otra conferencia (acá tendría que ir un (?), pero Camilio se creyó lo que estaba diciendo, entonces nosotros lo tomamos en serio).
Le mostré los pasaportes para que vea que veníamos viajando por todo el mundo y el tipo entendió la jugada enseguida. Le pidió a los otros ratis que nos devolvieran el pasaporte, pero firmando un documento donde el CdC prometía no manejar en Letonia por 90 días y donde aseguraba que íbamos a depositar 135 pesos letones(?) en una cuenta a modo de multa. Dijimos que si, firmamos mientras un milico de fondo hacía el inconfundible gesto de "nos están esquiando" y salimos con los 3 puntos de visitantes"
En eso eran como las 4 y pico de la mañana y había hambre en el grupo, así que salimos rumbo al centro de Riga, comimos algo, vimos mujeres hermosas que confirmaron que los países bálticos están en el podio seguro y también vimos el récord de gente limada por el alcohol y otras sustancias, algo que confirmamos después en Lituania, se ve que es lo que se usa en las ex-provincias soviéticas.
A las 6 de la mañana salimos rumbo a Vilnius, ciudad que nos recibió con un calor bárbaro y con la plaza llena de gente que miraba el partido Lituania-Croacia que jugaban alguna fecha del basket olímpico. A las 11 de la mañana ya había gente totalmente ebria.
Reservamos un hostel donde las chicas del staff eran tan hermosas como rayadas, por ejemplo una se levantaba a las 9 de la mañana y arrancaba a hacer karaoke con los videos de youtube y así estaba casi ininterrumpidamente hasta la 1 de la mañana, acompañada siempre de cigarrillos y café.
Vilnius nos mostró una ciudad dura, las dos capitales nuevas que conocí me mostraron una cara bien diferente; el desarrollo palpalble en la ciudad mas allá del centro histórico y en la gente que mostraba Tallin, no se veía en Vilnius, donde saliendo una cuadra fuera de las murallas ya te golepaba la realidad de una manera contundente. En realidad eso era lo que esperaba de estos países cuando me enteré que los visitábamos, lo de Tallin había sido una sorpresa, era demasiado parecida a las capitales occidentales.
Un día entero en la capital lituana, una noche donde algunos compañeros tuvieron un merecidísimo premio a la perseverancia y al otro día ya estábamos armando las valijas para salir rumbo a Varsovia, capital de Polonia.
En la retirada pasamos por un supermercado para abastecernos con víveres y nos encontramos con:
Asado de tira (no era uruguayo)
Vino Pueblo del Sol
Vino Don Pascual
Uruguay nomá!!!, menos el asado que parecía exportado por Funsa después nos llevamos todo lo que nos recordaba la tierra de Wynants (ah me había olvidado, vimos la prueba por puntos en el comedor del hostel, salir 16° es salir campeón Milton)
La salida de Lituania fue medio accidentada, el copiloto que armó la hoja de ruta eligió el camino mas directo pero no se percató que eso indicaba pasar por Bielorrusia, llegamos a la frontera y nos rebotaron por no tener visa, la policía de frontera se nos rió en la cara y nos mandó por unas rutas secundarias. Lo bueno de esto fue que pudimos conocer -aunque sea de pasada- el interior profundo del país, una imagen bien distinta y mas real de lo que uno ve en el correr del viaje. Fue impagable, muchos lugares parecían el barrio de Borat por poner un ejemplo que grafique lo que vimos gracias a ese error de mapeo.
Varsovia, fue una pasada relámpago. Llegamos de noche, pernoctamos en un camping y al otro día de mañana recorrimos el centro histórico y un edificio feísimo de Norman Foster. Las únicas conclusiones que sacamos fue que los polacos manejan como el orto y que las polacas son todas tetonas. Nos hubiese gustado llegar con tiempo para recorrer el ghetto pero en este viaje uno tiene que optar y muchas veces se pierde de algunas cosas por ver otras.
Por acá se termina el picadito de bálticos, para la próxima: Berlín.